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lunes, 26 de diciembre de 2022
Egipto (Infierno en El Cairo)
jueves, 18 de agosto de 2022
Club de Letras de la UCA 2021-22
¡Qué pena! No pude asistir a ninguna de las últimas reuniones presenciales: ni al “Día de las letras”, por el covid, ni al acto de “Fin de curso”, por encontrarme de viaje familiar por Noruega. Me ha faltado la despedida, la celebración final.
El Club de Letras ha sido para mí este año, igual que el pasado, un estímulo brutal para leer y para escribir. Ha sido una grata fuente de aprendizaje. Más que el temario en sí, “El Barroco”, que no me ha acabado de llegar, las lecturas y escrituras que se han ido compartiendo por los compañeros, y las sabias intervenciones y textos aportados por nuestro profesor, han sido modelos que han inspirado mi creatividad.
También tengo que señalar, cómo no, el dulce alimento para mi vanidad de escritor que suponían los aplausos recibidos tras la lectura de algún texto.
La ilusión durante una impaciente espera de la llegada del siguiente viernes con su nuevo encuentro telemático.
Me parece ideal el formato de reuniones virtuales una vez en semana, dónde puedes encontrar amigos que están en distintas localizaciones, con la comodidad y economía de no tener que desplazarte, con el complemento de varios encuentros presenciales a lo largo del curso, donde podemos de verdad abrazarnos.
Con cada intercambio amo más la lectura y la escritura; gozo más de ellas. Cada viernes mejora mi vida, me hace más sensible, más profundo, más alegre. No sé si mejor escritor, pero sí mejor persona.
Cádiz, 17 de junio de 2022
sábado, 16 de julio de 2022
Bucéfalo
Has peleado en cien batallas. Llevas ocho años galopando a través de estos áridos territorios montado por un hombre repleto de armas. Estás exhausto. Ahora te ha llevado cerca de la India, a la orilla oriental del río Hydaspes, junto a siete mil de tus hermanos. Se os viene encima una cruenta batalla campal, no solo la infantería y la caballería, sino también doscientos elefantes de guerra que, espoleados por el enemigo, arrasarán todo lo que encuentren a su paso. ¡Tira hoy a tu jinete y sálvate! ¡Escapa de ese campo de muerte! ¡Corre libre por estepas, montes y playas, tus crines al viento!
Los partes de guerra nunca recogen los caballos fallecidos. Ocho millones murieron en la Primera Guerra Mundial: gas venenoso, fuego de artillería, ametralladoras. Necesitamos ocho millones de Ángeles que se ocupen de sus almas.
Te obligan a ir a la guerra y a la feria. A luchar contra tu hermano toro en el coso maestrante. A un galope de alta velocidad, sin sentido ni orientación, por las pistas de un absurdo hipódromo, flagelado por la fusta de tu amadísimo jinete. Te llevan a morir, al real de la feria, de un golpe de calor.
Ahora te hablo a ti, Alejandro: antes de montar a tu corcel, mírale a los ojos, y podrás percibir su tristeza. Desnudos él y tú: ni bridas, ni bocado, ni espuelas, ni estribos, ni fusta.
Hoy aquí, en este castillo de Edimburgo, junto al cementerio de perros, ante esta colosal estatua ecuestre de bronce en la que el artista ha captado la tristeza de sus ojos, tú no vas a salir en la foto. El primer plano es para él.
Dios: si eres también dios de los caballos, líbralos de todo mal.
Amén.
Cádiz, 16 de julio de 2022
© José Manuel Cumplido Galván
miércoles, 8 de junio de 2022
Hermanas de sangre
Yo no necesito tiempo
para saber cómo eres:
conocerse es el relámpago. (1)
Tus hermanos se distanciaron de ti; ya casi no existen; casi desaparecieron. Aquella herencia de la discordia asestó el primer hachazo. Después fue alzándose entre vosotros un muro impenetrable de hielo y olvido. El dolor cristalizó en rencor.
A tu mujer también le ocurrió. Sus hermanas fueron desvaneciéndose en la distancia, como banco de niebla que, en el mar, se rinde al poder del sol. El cuidado de su madre dependiente creó discrepancias que se hicieron insalvables. Después fue alzándose entre ellas un muro impenetrable de acero e indiferencia. Y el rencor cristalizó en dolor.
¡Ha pasado tanto tiempo! Pero la conoces como el primer día, y la amas como la primera hora. Aunque ya no os inflama el deseo como cuando erais jóvenes. Ahora todo es más sereno, más hondo, más rico. Gozáis de otro modo. No os poseéis: vais de la mano, hacia el lugar que ya ocupáis.
Discutís a menudo como cualquier matrimonio en el que se ha jubilado el miembro que trabajaba fuera de casa y pasan, desde entonces, todo el día y toda la noche juntos. Os queréis separar algún tiempo, aunque duelan las carnes como un aullido inesperado en la madrugada. Alejarse para volver a unirse: la ley suprema de la naturaleza.
Creasteis una mujer y un hombre y los pusisteis sobre la Tierra. Mientras tú permanecías en la oficina, ella se ocupaba de todos. Ayudabas como podías, pero sin su intensa entrega no hubiera sido posible el milagro. Quieres vivir para velar por su bienestar: eso da sentido a tu vida. Tu esposa, cuidadora tuya y de vuestros hijos, merece que la atiendas, que la asistas eternamente.
¿Recuerdas cuando fuisteis un matrimonio?. Hoy, felicísimas, contempláis vuestra bella desnudez, vuestra desnuda bondad. Vuestra intimidad es, cada vez, más tierna, sensible, igualitaria y fraternal: sois dos hermanas.
(1) Pedro Salinas. "La voz a ti debida".
© José Manuel Cumplido Galván
Lorca
"... no hallar fuera del bien centro y reposo, mostrarse alegre, triste, humilde, altivo, enojado, valiente, fugitivo, satisfecho, ofendido, receloso;..." (1)
Lorca era una niña preciosa; su cara te tenía enamorado. No sabrías decir si eran sus ojos, sus labios, su nariz o sus mejillas. No pensabas en sus senos incipientes ni en su pubis lampiño. Seguramente te fascinaban su voz, su sonrisa o la translúcida delgadez de sus brazos.
Fue tu primer amor. Ibas a misa los domingos a la capilla del colegio religioso sólo para verla. Tu timidez te impedía hablarle. Ella acudía con la madre de Yódog, un compañero de clase del que era vecina.
No te atreviste a quedar con ella a solas. Salías solo a pasear y la llamabas "telepáticamente" con la esperanza de encontrártela pero, ¡claro!, nunca aparecía; ¡era absurdo!. Preguntaste por su domicilio a Yódog; te ibas a andar por su barrio una y otra vez, pero nada, no la veías. Después supiste que sus padres tenían una churrería junto al mercado. Pasabas por allí de vez en cuando sin suerte; ella nunca estaba.
Así que una semana más había que esperar el domingo e ir a misa a la capilla del colegio "de curas". No le ibas a hablar; no la ibas a citar pero, al menos, contemplarías, gozoso y excitado, su pequeña belleza.
¡Lorca! ¿Dónde te encuentras ahora?. ¡Quiero verte!. Ven a la Basílica de la Macarena; estaré esperándote junto al arco y la muralla.
(1) Lope de Vega (1562-1635). Soneto "Desmayarse, atreverse, estar furioso".
© José Manuel Cumplido Galván
Paseo contigo
© José Manuel Cumplido Galván
sábado, 9 de abril de 2022
La Cultura
A veces pensamos en el término "cultura" de una forma un tanto restrictiva. Nos referimos entonces al arte, a la literatura, al teatro, al cine.
Si queremos comprender lo que significa en realidad, tenemos que tener una visión mucho más amplia. Hay un modo muy práctico de entender el significado de algunas palabras: relacionándolas con sus contrarias, con sus opuestas.
En este caso podemos empezar con "Natura-Cultura". Es decir, la cultura como oposición a la naturaleza. Desde este punto de vista, la cultura sería toda creación de la sociedad humana, todo lo que no está en la naturaleza, independiente de la existencia del ser humano. Sería cultura un pantalón, un puente, un surco, un arado, la teoría de la relatividad de Einstein, un maquillaje, una ecuación bicuadrada, la novena sinfonía de Beethoven, un tenedor, una ciudad, "Fortunata y Jacinta", el boxeo, la tauromaquia, la "Ética a Nicómaco", una resonancia magnética, las croquetas, la rueda, la cerveza, el idioma castellano, el catalán, el juego de las canicas. Ahora no vemos como necesario atraer a nadie a la cultura, extender la cultura a los estratos menos favorecidos, por la sencilla razón de que todos estamos dentro de la cultura, y ninguno la poseemos completamente.
Así se entiende un término como "culturismo" que es cultura aunque se trate del cuerpo. (¡Qué daño ha hecho al intelecto el binomio cuerpo-alma!) No se trata del cuerpo que nos ha dado la naturaleza. Utilizamos unas técnicas para esculpirlo, para moldearlo. Escultura, no en mármol, o en madera, sino en carne.
La literatura, el arte, las matemáticas, la física cuántica, la filosofía son manifestaciones culturales más sofisticadas que deberían estar repartidas entre todos los seres humanos. Desde ese punto de vista, todos necesitamos ser partícipes de la cultura. Nadie es poseedor de la misma.
Ahí juega el papel principal la educación. Por desgracia, la educación perpetúa las diferencias entre clases sociales, cuando debería igualarlas. La super especialización educativa con vistas a un ejercicio profesional. Pero no la educación integral, independiente del trabajo. Sólo para satisfacer el derecho a disfrutar de toda la cultura que ha creado el ser humano.
Por otro lado encontramos la oposición cultura-barbarie. Aquí cultura es sinónimo de civilización. Barbarie es salvajismo, violencia, caos, desorden, destrucción. Cultura es orden, diálogo, negociación, construcción. Y hablamos de Culturas, de Civilizaciones, en plural, ya que no hay una sola, sino muchas y variadas a lo largo de la geografía y de la historia.
Quiero dejar para el final una pregunta: las tácticas y estrategias de combate, los misiles hipersónicos, el armamento nuclear, las disciplinas militares de ataque, de defensa, ¿son cultura?
9 de abril de 2022
© José Manuel Cumplido Galván
jueves, 31 de marzo de 2022
Pecado mortal
Acabo de llegar a casa y me he sentado a escribir. Vuelvo de celebrar mi Santo en un restaurante próximo al cabo de Roche, con mi esposa y mi hijo menor.
Ahora no está de moda. Se prefiere el cumpleaños. No soy creyente pero me gusta festejar el día del año asignado a mi nombre. Es un nombre propio, mío. No es un nombre común como "hombre", "mujer" o "gente". Se refiere a mí solo, me distingue de los demás. Se ha hecho carne en mi. Por otro lado, los Santos existen. Van por la calle como los demás. Te los cruzas a cada paso. Son personas inmensamente inteligentes y por tanto, inmensamente buenos. No es necesario que ninguna iglesia los canonice.
En el restaurante, pedí cerveza, rioja y un completo: chorizos, filetes, huevos y un montón de patatas fritas. Me hizo recordar mis tardes de paseo durante el servicio militar en el Centro de Instrucción de Marinería de San Fernando, donde ese milagro gastronómico nos rescataba de los sabores y los olores del comedor del cuartel. Estuve viendo todo el tiempo, con suma tristeza, cómo los camareros retiraban platos y más platos de patatas fritas de las guarniciones, que la gente había dejado, para tirar a la basura.
Mientras escribo, en la tele están poniendo una noticia en la que se ve una cola interminable de ucranianos que huyen de la guerra y pasan la frontera de Polonia. Vienen hambrientos y sedientos. No tienen qué llevarse a la boca. La mayoría son mujeres y niños, vienen bien vestidos, bien abrigados, cargados de sus bolsas y maletas. Han organizado unas zonas donde están repartiendo comida y agua, que han llegado gracias a la solidaridad humana. Buscan entre las bolsas y cajas lo que necesitan, y sonríen a la cámara mientras se encaminan a tomar un autobús que han fletado algunos santos voluntarios para llevarlos a Cracovia.
Ahora ponen otra noticia. Ganaderos que no pueden producir debido a la subida del precio de los piensos, de los combustibles, de los transportes. Están tirando la leche de los enormes bidones de acero inoxidable al suelo; no les interesa comercializarla.
Voy a dejar de escribir, a levantarme y a apagar el televisor. Ya está bien por hoy. Mañana será otra vida.
29 de marzo del 2022
© José Manuel Cumplido Galván
viernes, 18 de marzo de 2022
Poemas contra misiles
Me gustaría pensar que lo que escribo sirve para algo. Que es un arma útil contra la guerra.
Pero enfrente tenemos los bombardeos, los tanques, la violencia, la destrucción. La oligarquía económica con su corte de técnicos a su servicio. La obediencia ciega dentro de las jerarquías políticas, donde no existe el diálogo ni la razón. Los medios de comunicación, que manipulan los cerebros e introducen en ellos el pensamiento que conviene al poder. Sofisticados y eficientes aparatos de propaganda diseñados para ejercer el control de masas, imprescindible para mantener un mundo donde una minoría privilegiada vive en el lujo, a costa del trabajo de una mayoría empobrecida. Me gustaría pensar que tenemos opciones de vencer, pero la batalla es desigual: misiles contra poemas.
Hablamos con palabras de otros. Pensamos con ideas de otros. Decimos lo que ya está dicho: tenemos que inventar palabras nuevas, pero el verbo tarda siglos en hacerse carne.
Mientras, solo escribo para expresar mi dolor y mi impotencia: escribir en nuestro mundo es llorar.
16 de marzo de 2022
©José Manuel Cumplido Galván
lunes, 7 de marzo de 2022
Otra vez la guerra
Otra vez la barbarie.
Niñas y niños que lloran y corren sin rumbo ni consuelo.
Mujeres violadas por machos que invaden su tierra y su cuerpo: invasores que las odian.
Estruendo de bombas que explotan próximas. Silbido de misiles que nos sobrevuelan, ejecutando una sinfonía de muerte.
Cascotes que caen del techo y las paredes y me asfixian con polvo de cemento. Sonido de sirenas que urgen a ganar el refugio antiaéreo.
No sale agua de los grifos y tengo hambre y frío. Intemperies en las madrugadas del febrero ucraniano.
Huir de nuestra tierra junto a millones de compatriotas, sin saber dónde voy a acabar ni qué será de mi familia; dejando mi corazón atrás.
Mi hermano, mi amiga, mi hijo; mi vecina, mi compañero, mi perro:
¿por qué están muertos, heridos, mutilados?
Otra vez el terror que me roba la vida. Asesinos parapetados en la impunidad que les proporciona el poder. Otra vez la guerra.
7 de marzo de 2022
domingo, 20 de febrero de 2022
La Verdad
Cuando la encuentres, compártela solo con quien lo merezca: comunicarla es un acto de amor.
Policías, sacerdotes, jefes, exigen tu sinceridad para detenerte, hacerte sentir culpable o manipularte. El poder necesita tu transparencia para controlarte. Tú tienes derecho a mentir, lo haces en defensa propia.
El destinatario de tu verdad ha de ser digno de recibirla; no es publicable, es privada, íntima. Solo accesible a muy pocos.
Lo único que importa es que tú, en el transcurso de tu vida, llegues a descubrirla... y a aceptarla.
Sabes que la Verdad no existe. En la enigmática ecuación de tu existencia, las verdades son solo incógnitas.
(1) Miguel de Unamuno. "Cómo se hace una novela"
20 de febrero de 2022
jueves, 3 de febrero de 2022
La belleza
¿Qué es la belleza?
Una mujer guapa, de ojos grandes, transparentes y limpios, cuya franca mirada te arranca un suspiro. Un cuerpo de formas exuberantes y un cutis terso, joven y sonrosado. La saludas con un beso, y sientes el suave roce de su mejilla, puedes oler las flores de su perfume, su piel limpia y su sudor nuevo. Su vestido escotado de seda rosa realza su pecho y ciñe sus caderas. Su sonrisa contagiosa te inocula la alegría directamente en vena.
La abuela avellanadita, de corto pelo blanco azulado, sentada en su mecedora, acurrucada en su toquilla de un beis cálido que ella misma tejió cuando su vista se lo permitía. Contempla el paso del tiempo tranquila, sosegada, inocente.
El paisaje de suaves lomas de un verdor iluminado por el sol de la mañana, que saca los colores a la tierra y brillos tornasolados a las hojas de las encinas. La inmensidad de montañas verdes de bosques, y blancas y grisáceas de roca caliza cuarteada. Ese tierno corderillo que mama de las ubres de su madre. Los racimos de casas blancas agrupadas en la ladera del monte.
El comienzo de junio, que te promete los días más largos y la calidez del inminente verano, cuyas noches te regalarán el dulce aroma de jazmines y damas de noche.
El olor que desprende tu cocina cuando preparas al mismo tiempo el café y el pan tostado para los desayunos. El sabor de esa mandarina, dulce, olorosa y algo ácida. Un vino blanco y seco de Sanlúcar cuyo maridaje con los langostinos tigre, te parece insuperable.
Ese anuncio de televisión que sitúa en un quieto mar verdeazul a un hombre y una mujer desnudos que unen sus cuerpos y te hacen amar la colonia que promocionan.
El cuadro al óleo que te habla y cuya contemplación te place. Esa escultura que ha convertido el blanco mármol en carne viva. La novena sinfonía de Beethoven, cuyas melodías, ritmos y armonías, hacen brotar de tus entrañas, cascadas de endorfinas que inundan todo tu cuerpo. La catedral gótica cuya altura te sobrecoge, que te da frescor, penumbras y rayos coloridos provenientes de las vidrieras medievales. Te sientas en un banco y respiras, y la calma llega a ti para abrir tu pecho y hacerte soltar alguna lágrima.
Y, por fin, el poema cuya lectura desencadena un escalofrío que te recorre la espalda.
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¿Qué es la belleza? La belleza es un concepto acuñado por la Humanidad para designar todo aquello cuya subjetiva percepción nos proporciona placer, agrado, calma, buen humor, alegría y, en general, toda clase de sensaciones positivas. Está tanto en la naturaleza como en las creaciones humanas, como por ejemplo el arte.
3 de febrero de 2022