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miércoles, 8 de junio de 2022

Hermanas de sangre

 

Yo no necesito tiempo

para saber cómo eres:

 conocerse es el relámpago. (1)

Tus hermanos se distanciaron de ti; ya casi no existen; casi desaparecieron. Aquella herencia de la discordia asestó el primer hachazo. Después fue alzándose entre vosotros un muro impenetrable de hielo y olvido. El dolor cristalizó en rencor.

A tu mujer también le ocurrió. Sus hermanas fueron desvaneciéndose en la distancia, como banco de niebla que, en el mar,  se rinde al poder del sol. El cuidado de su madre dependiente creó discrepancias que se hicieron insalvables. Después fue alzándose entre ellas un muro impenetrable de acero e indiferencia. Y el rencor cristalizó en dolor.

¡Ha pasado tanto tiempo! Pero la conoces como el primer día, y la amas como la primera hora. Aunque ya no os inflama el deseo como cuando erais jóvenes. Ahora todo es más sereno, más hondo, más rico. Gozáis de otro modo. No os poseéis: vais de la mano, hacia el lugar que ya ocupáis.

Discutís a menudo como cualquier matrimonio en el que se ha jubilado el miembro que trabajaba fuera de casa y pasan, desde entonces, todo el día y toda la noche juntos. Os queréis separar algún tiempo, aunque duelan las carnes como un aullido inesperado en la madrugada. Alejarse para volver a unirse: la ley suprema de la naturaleza.

Creasteis una mujer y un hombre y los pusisteis sobre la Tierra. Mientras tú permanecías en la oficina, ella se ocupaba de todos.  Ayudabas como podías, pero sin su intensa entrega no hubiera sido posible el milagro. Quieres vivir para velar por su bienestar: eso da sentido a tu vida. Tu esposa, cuidadora tuya y de vuestros hijos, merece que la atiendas, que la asistas eternamente. 

¿Recuerdas cuando fuisteis un matrimonio?. Hoy, felicísimas, contempláis vuestra bella desnudez, vuestra desnuda bondad. Vuestra intimidad es, cada vez, más tierna, sensible, igualitaria y fraternal: sois dos hermanas.

(1) Pedro Salinas. "La voz a ti debida".

© José Manuel Cumplido Galván

Lorca

 "... no hallar fuera del bien centro y reposo, mostrarse alegre, triste, humilde, altivo, enojado, valiente, fugitivo, satisfecho, ofendido, receloso;..." (1)

Lorca era una niña preciosa; su cara te tenía enamorado. No sabrías decir si eran sus ojos, sus labios, su nariz o sus mejillas. No pensabas en sus senos incipientes ni en su pubis lampiño. Seguramente te fascinaban su voz, su sonrisa o la translúcida delgadez de sus brazos.

Fue tu primer amor. Ibas a misa los domingos a la capilla del colegio religioso sólo para verla. Tu timidez te impedía hablarle. Ella acudía con la madre de Yódog, un compañero de clase del que era vecina.

No te atreviste a quedar con ella a solas. Salías solo a pasear y la llamabas "telepáticamente" con la esperanza de encontrártela pero, ¡claro!, nunca aparecía; ¡era absurdo!.  Preguntaste por su domicilio a Yódog; te ibas a andar por su barrio una y otra vez, pero nada, no la veías. Después supiste que sus padres tenían una churrería junto al mercado. Pasabas por allí de vez en cuando sin suerte; ella nunca estaba.

Así que una semana más había que esperar el domingo e ir a misa a la capilla del colegio "de curas". No le ibas a hablar; no la ibas a citar pero, al menos, contemplarías, gozoso y excitado, su pequeña belleza.

¡Lorca! ¿Dónde te encuentras ahora?. ¡Quiero verte!. Ven a la Basílica de la Macarena; estaré esperándote junto al arco y la muralla.

(1) Lope de Vega (1562-1635). Soneto "Desmayarse, atreverse, estar furioso".

© José Manuel Cumplido Galván

Paseo contigo

Como cada mañana, te has levantado a las ocho y, tras desayunar, has salido de paseo. Hoy vas acompañado.

Durante vuestro recorrido por las calles y plazas próximas, incluso por el paseo marítimo, donde la fresca y perfumada brisa que sopla del mar y del azul celeste te reconforta y te calma, vas escuchando retazos de conversaciones entre desconocidos; según tu estado de ánimo, te afectan profundamente o, sencillamente, te resbalan. Si estás un poco depresivo y oyes, por ejemplo, que alguien ha ido al médico, piensas que tú deberías haber ido hace tiempo; si escuchas que han puesto una demanda, te desazonas porque crees que tienes asuntos pendientes que sólo tu desidia te ha impedido demandar. Si han quedado con su madre o con su hermana, piensas que tú ya no tienes ni una ni otra.

- "¿Que ha ido a enterarse?. !Tu madre lo que ha hecho es coger cita¡ ¿Con quién la ha cogido, con el médico de cabecera?...¡Eso es mentira! ..." Llevan casados tres años y han tenido ya dos hijos. El desbordante trabajo y la precaria economía doméstica han hecho que ya no se soporten.Jornadas interminables en la empresa y sin final en la casa. 
Ella lleva muy mal las intromisiones de sus suegros en su vida. Quería que fuesen independientes, y cada vez lo son menos. ¡Hasta el nombre de los niños le impusieron! ¿Por qué no una relación pactada, una convivencia igualitaria?; ¿por qué el dominio de uno sobre el otro o la ruptura?... Dominar. Racionar el sexo. Enojar al otro. “Quien te enfada te domina” (1)

El trabajo os embrutece . ¡De qué forma esta idealizado en vuestra sociedad!. Una minoría privilegiada disfruta ejerciendo su actividad. Para ellos es su vocación, les entusiasma lo que hacen. Pero la mayoría vivís vuestro empleo como una condena a galeras, con cadenas y grilletes: trabajos forzados. Sois víctimas de una estafa monumental: mano de obra para que los propietarios de los grandes negocios atesoren beneficios; os roban vuestra vida para ponerla al servicio de intereses ajenos. No podéis escapar porque necesitáis el salario para sobrevivir: es la única motivación. !Qué significado alcanzan las vacaciones! ¡Qué importancia adquieren los fines de semana! No vivir un año entero para poder hacerlo un mes. Renunciar a una semana para poder vivir dos días (en el mejor de los casos). No. La labor no os hace libres, sino esclavos; No moverte por dinero, sino por placer, por satisfacción y enriquecimiento personal. Desvincular el esfuerzo diario de los ingresos económicos. Todas y todos con sus necesidades cubiertas, gozando la vida. No. no estáis ahí para trabajar. Llamadme utópico, pero yo os digo que vuestra sociedad del ocio y de la tecnología, tendría que estar organizada de manera contraria a como lo está: semanas de dos días laborables y cinco libres; jornadas de 5 horas (levantarse a las seis de la madrugada es un crimen contra tu cuerpo y contra tu "alma" años con un mes de ocupación y once de vacaciones; jubilación voluntaria a la edad que libremente elija cada persona. Después, cada uno puede dedicarse a las actividades que le gusten, por las que siente vocación y para las que está formado, las que le apasionan, todo el tiempo que voluntariamente quieran. (Alguno pensará que estoy loco)

- ¡Ven, Ven! ... 

-"...recibí un mensaje diciendo que la baja... No puede una ni ponerse mala" La jefa está ya presionándola para que se reincorpore. Parecería que su incapacidad laboral es decisión suya, y no de un facultativo que estima, basado en sus conocimientos científicos, que necesita reposo y tiene que permanecer en casa hasta que se restablezca. Hay directivos para los que el trabajador es una mera herramienta, para ser usada en beneficio de la empresa y cuando se desgasta, se tira. Y no sólo son los directivos; los propios compañeros la critican, porque piensan que ellos tienen que trabajar más, hacer el trabajo de la empleada enferma.

-¡Por aquí, por aquí ... vamos!

-"...tengo a mi madre en el hospital, pero cuando salga... -... la gente está dispuesta a hacerlo; van dos padres con sus coches, para 8 niños... - ... cuando salga mi madre, ya ..." Su madre estaba vacunada con la pauta completa y, sin embargo, el covid la ha mandado al hospital. El ingreso de una madre en el hospital siempre es doloroso. Te invade el desasosiego de no saber si será su último ingreso. Estás asomado a la ventana de una habitación de un hospital concertado de Sevilla. desde allí ves el colosal retrato del malogrado Pedro Berruezo en la puerta que lleva su nombre en el Sánchez Pizjuán . Allí derivan a las personas muy mayores, en lugar de atenderlos en el "Virgen del Rocío". Tu madre te da la mano y no te la suelta ; disfruta de ese contacto y de ese calor del cuerpo de su hijo. Parece que estuviera esperando a que llegaras... para marcharse.

-¡No chupes, vamos! 

“La madre tiene una orden de alejamiento…” Le pega a su madre. Va por la calle gritando; parece loco o ebrio o las dos cosas. -“Hija de puta… cabrón… me cagó en tu puta madre, “… està sucio desaliñado , y solo. Te alejas de él a toda prisa ; todo el mundo lo hace… ! -Te voy a matar!!! . Cuando era un niño era muy bueno y encantador.

-Vamos Pipo!

Ya es la hora. Tienes que volver al centro; no te puedes retrasar; te espera la ducha fría y el almuerzo. Antes tienes que devolver a Pipo; siempre lo eliges a él para tu paseo terapéutico semanal. Son tus dos horas de felicidad.

(1) Atribuida a Siddhārtha Gautama ss. VI-V a. C.

© José Manuel Cumplido Galván