Estás preocupado por el futuro, sin darte cuenta de que
no existe.Tienes un chalet en una urbanización junto al cabo
de Roche. Disfrutas del silencio sólo roto por el canto
de las aves y el croar de las ranas; gozas del aroma
que te trae la suave brisa que atraviesa los pinares.
Te sumerges en una piscina que contiene ochocientos metros
cúbicos de agua sólo para ti y tu hijo. Cada mañana
descubres en el jardín alguna flor que ayer no estaba.
Todo eso es tuyo.Ya sé que algunos piensan que no, que sólo lo tienes
alquilado quince días. Tú sabes que hoy te pertenece.
Hoy, lo único que existe. Los propietarios de chalets
no se los llevan cuando fallecen. Tú tampoco te lo
llevarás cuando termine tu contrato, pero tú no tienes
que perecer para desprenderte de él. Ni tú ni nadie
sabe si algo le va a SEGUIR perteneciendo Mañana.
Al morir no cargas con nada. Se esfuman también
tus sentimientos, tus pensamientos, tus recuerdos,
tus miedos, tus deseos; tus afectos y tus odios; tu
memoria.
Seguirás viviendo en tus hijos. Tu cuerpo,
transformado, permanecerá en la Tierra girando
con la galaxia por siempre.
¡Era el cuerpo lo que existía eternamente. !¡Polvo eres!
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