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miércoles, 2 de diciembre de 2020

DesAmparo

El frágil esqueleto de una rata ha caído desde el techo del garaje al reparar el operario la avería de agua que te ha traído de cabeza todo el fin de semana. Alguien opina que parece una raspa de sardina. Tú piensas que puede pertenecer a una paloma que vuelve con una ramita de olivo en el pico. 

Es verdad. Son similares.  Tienen mucho más en común que diferencias. Tú también tienes bastante parecido con una rata. Sois parientes; tenéis un ascendiente común. (Estáis acostumbrados a sentiros superiores; vuestro ancestral egocentrismo). ¿Eres tú más importante que ese mamífero que te resulta tan repulsivo?. Para sus crías, lo más valioso es la protección que les brinda su Madre.

Ellas conviven con vosotros. Habitan las cámaras de vuestros edificios junto a tuberías y bajantes. Los hogares humanos ocupan apartamentos distribuidos en una cuadrícula tridimensional, encima, debajo, a la izquierda, a la derecha o detrás de otros.

Nueve familias han permanecido sin agua. Por eso tú, cada vez que abres el grifo, te acuerdas de ellos y te duele. Lo haces con timidez, dejando salir un ínfimo caudal. Pero aún así, te hiere. Te viene a la mente su fragilidad. Una simple rotura, causada probablemente por la corrosión del hierro, atacado por la imparable acción del ambiente, pone en jaque la tranquilidad de esa gente, su sensación de seguridad.

Ves por la calle a un hombre joven que pasea junto a una mujer y a un niño. Te horroriza su vulnerabilidad. Ellos caminan confiados, como si ninguna desgracia les pudiera alcanzar; como si un "Ángel Custodio" les acompañara. Pero tú sabes que cualquier detalle insignificante puede cambiar sus vidas para siempre. ¡Están tan indefensos! Los padres amparan a su hijo amado pero, ¿quién les protege a ellos?

Vuelves a casa por la playa. Respiras profundamente ese aire fresco y salobre ("tu Aire Bendito"); te inunda una calma que te rescata del abismo que espera escondido, tras la tercera esquina a la derecha según se entra en el mar. Estás a flote en tu Arca. Pero no te libras del vértigo; te sientes desamparado:

Eres Huérfano.

© José Manuel Cumplido Galván


 

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