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miércoles, 20 de mayo de 2020

Tierra

Tierra y Cielo. 

Madre. 

Padre. 

El agua y el aire son parte de la Tierra. La atmósfera, el oxígeno, el ozono, el carbono. El mar es la Tierra.

Tierra y Luz. Eres hijo de la Tierra y de la Luz. 

Hembra y macho. Mujer y hombre. El amor de tus padres te ha creado. 

Tierra y Cielo, para que tú existas. La Luz del Sol que te da la vida. La Luz que te bendice. La Luz benéfica. El Amor entre la Tierra y el Cielo.
¡Era eso el Amor del Padre!.

A través de las cadenas tróficas incorporas la Tierra a tu cuerpo.
Estás formado de Tierra y Luz.
Dos es uno.

Vas de madrugada a la orilla del mar y desde allí puedes presenciar una pequeña parte del Cielo. Estrellas en movimiento, algunas de las cuales no existen ahora. Todo se mueve y tú, pegado al planeta por la gravedad, navegas a más de 700.000 km /h a través del Universo.
¿ Qué importancia tiene tu caminar apresurado por las calles de la ciudad junto a ese descomunal movimiento?. Tus viajes en coche, en avión, ¿qué son comparados con tu vertiginosa travesía?.  De allí te viene la Luz que te da la vida. La Luz que te bendice.

Madre Tierra. 

Padre del Cielo.

miércoles, 13 de mayo de 2020

Tiempo

 

El pasado siempre es imaginario; el futuro, siempre una utopía. 

No existe el tiempo. Ni el ayer ni el mañana. Sólo el ahora.

El tiempo es una ilusión, una ficción. Un invento del hombre para medir, para controlar.

Lo que hay es movimiento; desarrollo,  crecimiento,  reproducción; también envejecimiento.
La tierra se mueve sobre sí misma, y alrededor del sol, que a su vez gira con la Vía Láctea. Tú realizas una descomunal travesía, pegado a la Tierra, a través del universo, a más de 700.000 kilómetros por hora (si se nos permite usar otro invento del hombre llamado velocidad)
Tu infancia, tu juventud, no pertenecen al pasado. No eres el protagonista de una película que cuenta tu historia. Todo ello vive ahora en ti. En ti está tu madre, tu padre, tus abuelos. En ti, ese niño pequeño que se criaba contento al frescor de la puerta abierta del Pasillo. En ti, todas las especies que han existido, impresas en tu ADN, que tiene mucho en común con el de tu hermano, pero también con el de ese extraño que va con prisa embutido en su gabardina. Ese perrito tuyo que te encanta, es tu pariente. Tenéis un ascendiente común. Él aprende a pedirte las cosas, y tú le entiendes. Te comprende cuando oye tus palabras.  Esa Acacia que ves a diario en un parque cercano, también es de la familia. Era verdad: todos somos hermanos. 
Ni el ayer ni el mañana. Siempre es hoy. Vives el ahora eternamente.
¡Era eso la vida eterna!

© José Manuel Cumplido Galván