Tenéis un conocimiento muy limitado de la realidad. Es cierto que, gracias a la Ciencia, ese conocimiento es cada vez mayor pero sigue siendo, aún hoy, ínfimo. A pesar de ello, es el único soporte que tenéis para sobrevivir. Lo que conocéis de la Naturaleza permite que os adaptéis a ella y, sobre todo, que la cambiéis para hacer posible vuestra supervivencia. Lo que sabéis de vosotros mismos os ayuda a caminar por el mundo.
Por ello habéis necesitado ayuda para encontrar el camino o, al menos, un camino. Las religiones, por ejemplo, han salvado vuestra desorientación y os han indicado hacia dónde ir y cómo comportaros.
Es fundamental la actitud que tomes ante la realidad: tienes que conocerla (en la medida que se puede hoy conocer), no negarla, no engañarte. Después, tu actitud ante la vida te hará aceptarla o no. Puedes ser conformista y resignarte, o rebelde y luchar para cambiarla, para mejorarla.
Pero el conocimiento de la naturaleza, de tí mismo, de la vida, te es insoportable. Lleva consigo muchísima dureza, muchísima crudeza: ahora sabes que eres un ser vivo y, como tal, morirás. Es muy duro saberlo y aceptarlo. De nuevo entra en escena la religión para ilusionarte, para ocultarte la realidad y prometerte otra vida después de la muerte. Esa idea te reconforta.
Cuando dejas de creer en hechos sobrenaturales, ¿qué te queda para hacerte soportable tu existencia?: el entretenimiento.
Ese es el origen de todo el arte, y de todo el espectáculo: el cine, el teatro, el circo romano y el moderno, el fútbol y otros deportes, la literatura, la música, la pintura... Todo para distraeros, para permitiros vivir.
Conoce la realidad, no te engañes. Abrázala, quiérela pero, no te olvides, de vez en cuando ¡entretente!
Cádiz, 13 de abril de 2023
© José Manuel Cumplido Galván